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Menos es mas.

Foto del escritor: vidadivvidadiv

Una de las políticas que ha impulsado la llamada 4T es que con menos harán más, refiriéndose a que con menos presupuesto, harán más cosas. Esto es para dar tranquilidad a los dueños del capital de que no habría nuevos impuestos y que los recursos saldrían de combatir la corrupción e imponer la llamada "austeridad republicana". Así, los dueños del capital podrán seguir invirtiendo en México y decir que están generando empleos y contribuyendo a que crezca el país. Sin embargo, esas políticas de austeridad, más que una solución para obtener recursos para "hacer más", mas bien parecieran alineadas a políticas de austeridad características del neoliberalismo. Al destinar menos recursos a servicios públicos, estos empeoran y lo único que provocan es que la población se incline por pagar servicios privados. Esto lo estoy viviendo de cerca en la educación superior, donde la política ahora es que los Institutos Tecnológicos esté al máximo de capacidad, con criterios de selección muy relajados y aceptando todos los que quepan en las aulas. En papel, México está educado más ingenieros. En la realidad, están recibiendo capacitación cada vez más deficiente. No se le puede dar la misma atención a un grupo de 20 estudiantes que uno de 40. Y sin requerir que tengan un nivel mínimo de matemáticas, se batalla aún mas por enseñar a una mayoría que viene mal preparada. Pero a quien le cargan la responsabilidad de que el nivel caiga, es a los profesores. De por si el trabajo de profesor se extiende más allá de las 8 horas que tiene en su contrato. Ahora, se espera que haga aún mas en casa para mantener a flote el barco. Así, el costo de no destinar recursos suficientes a la administración pública (para no subir impuestos a los dueños del capital) lo asumen los trabajadores. Pero ¿por qué es necesario hacer trabajar más a las personas para no perturbar el ritmo de acumulación de riqueza de los ricos de México? Porque esto beneficia el indice que se utiliza para medir el progreso de un país: el Producto Interno Bruto.


Evolución del Producto Interno Bruto (Gross Domestic Product) per capita para distintas regiones económicas del planeta. Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda ya son naciones muy ricas con una tasas de natalidad bajas ¿por qué necesitan seguir aumentando su GDP?
Evolución del Producto Interno Bruto (Gross Domestic Product) per capita para distintas regiones económicas del planeta. Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda ya son naciones muy ricas con una tasas de natalidad bajas ¿por qué necesitan seguir aumentando su GDP?

Aún cuando ya varios gobiernos han expresado la necesidad de utilizar otras métricas para medir el progreso de una nación, los dueños del capital siguen recurriendo al PIB para saber donde colocar sus inversiones. Cuando una nación no tiene servicios y/o productos que ofrezcan la posibilidad de hacer crecer rápidamente las inversiones, entonces le tienen que cargar la mano a su población (explotación de recursos humanos) y a su territorio mismo (explotación de recursos naturales). Y esto ha sido desastroso para el planeta. Esta obsesión por hacer crecer lo más rápido posible las riquezas de una pequeña élite nos está empujando a un colapso de la biodiversidad y el equilibrio climático. Proliferación de plásticos, fuentes de agua contaminadas, degradación en la calidad de los alimentos y el calentamiento global, todos estos son problemas causados por la obsesión por hacer crecer el PIB por encima de cualquier otro indicador de desarrollo. Porque el PIB solo mide cuanta riqueza produce un país, pero no hace distinción en qué realmente se produce, a quien beneficia y que se destruyó en el proceso.

Supongan que un trabajador va al médico porque le salió una hernia. El médico le pregunta a que se dedica y el hombre le dice que es cargador en un mercado. La solución: dejar de cargar. El pobre hombre está convencido de que si no es cargar, no puede hacer otra cosa y si deja de cargar, no va a poder pagar el médico, las medicinas y ni siquiera va a poder comer. Entonces, decide que mas bien tiene que cargar más para poder pagar un mejor médico, mejores medicinas y hasta una cirugía para curarse esa hernia y seguir cargando. Como planeta, nos han convencido de que no hay mejores alternativas al capitalismo, que aún con sus errores (y muchos de esos "errores" más bien son características necesarias para el capitalismo) cualquier otra alternativa es peor. Entonces, para curar todos los males que ha provocado el capitalismo, hay que seguir impulsando el capitalismo, porque solo dentro de este sistema económico habrá los recursos para combatir esos males. Si suena estúpido ¡es porque es estúpido! Pero justo en ese camino estamos.

Esta reflexión surge por un libro que recientemente leí llamado "Less is More" ("Menos es Más") de Jason Hickel, investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autónoma de Barcelona. El libro describe como es que el capitalismo, y en particular, el productivismo, nos ha conducido a la crisis ambiental que ahora vivimos. La historia del surgimiento del capitalismo me dejó con un hueco en el estómago al grado de las nauseas. Crueldad, colonialismo, esclavitud, precarización y la explotación intensiva de los recursos naturales están en el centro del capitalismo. Pero el objetivo del libro es hablar sobre decrecimiento. Hickel lo expone con mucha claridad y da ejemplos prácticos de cómo podríamos pasar de una economía capitalista a una economía donde el bienestar de las personas y el equilibrio ecológico sea el objetivo. Se le llama decrecimiento porque las naciones mas industrializadas (y por lo tanto, las que mas daño hacen al ecosistema) son las que deben frenar su búsqueda por solo hacer crecer el PIB. Por su puesto, para que esto suceda también hay que cambiar la forma en que nos vemos a nosotros mismos en el mundo. Hickel describe como culturas cuya forma de ver el mundo se basa en el animismo tienden a vivir en un mejor equilibrio con su entorno. En el animismo las plantas, los animales, los ríos y montañas tienen tanto derecho a existir como nosotros y así, cuando se toman recursos de la naturaleza para nuestra subsistencia, se deben encontrar maneras de resarcirlo. Esto es opuesto a la visión de las sociedades capitalistas, el cual tiene en su centro el dualismo, donde el ser humano está separado del resto del mundo natural y por lo tanto todo lo que no es humano se puede explotar y extraer para beneficio de los seres humanos.

En una frase erróneamente atribuida a Einstein (en realidad es una frase de la escritora Rita Mae Brown) dice "La locura es hacer lo mismo una y otra vez, pero esperando resultados diferentes". Ya quedó claro que el capitalismo no va a resolver los problemas que ha creado. Es hora buscar alternativas, es hora de abrir la discusión y un libro como el de Jason Hickel creo que es un excelente punto de partida.

 
 
 

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